Al acabar Agosto 15 me sentía que, con 41 años, tenía un cuerpo de anciana, donde los achaques, dolores de espalda y de rodillas, campaban a sus anchas y me anunciaban que la cuesta abajo empezaba YA; que si no ponía remedio a esos 102,5 kg. mi vida se volvería un rosario de dolores donde mi movilidad se reduciría.
El 1 de sept. dije: hasta aquí. No me puse a dieta, simplemente cambié a hábitos más saludables: apuntaba lo que comía, me fijé 1500 cal, metí más comida real y eliminé procesados. Nunca he considerado que tuviera una fuerza de voluntad ejemplar, siempre he sido obesa. Pero decidí cambiar por mi salud.
Este es mi particular viaje de pérdida de 40 kg, sin dieta, con cambio de hábitos. Es difícil no ceder a la ansiedad que te pide que comas algo delicioso e insano, cambiar lo que más te guste por lo que más te conviene, pero en el proceso aprendes a cocinar de otra forma y reinventar platos para renunciar a las calorías pero no al sabor.
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Escribo estas líneas cuando han pasado 2,5 años desde que empecé a cuidarme y las escribo para TÍ que me lees. Quiero decirte que se puede, me quedan 9 kg hasta normopeso pero tengo la absoluta convicción de que lo voy a conseguir.
Y QUIERO DECIRTE QUE TÚ TAMBIÉN PUEDES.
Sólo necesitas una gran razón con la que comprometerte y cambiar tu vida, y la razón deberías ser tú. Nos morimos lentamente a golpe de segundo; nunca tendrás mejor salud que la de ahora si no empiezas a cuidarte. No esperes. Hazlo. Te caerás, dudarás, pero vas a seguir adelante, porque lo vales, porque lo mereces y porque vas a salir muy reforzad@ de este proceso, teniendo un mayor conocimiento de tí, de tus capacidades y de lo que eres capaz de lograr. Y por el camino vas a encontrar grandes regalos: amigas, conocimiento nutricional y sobre todo será la puerta para un nuevo YO. Construye la MEJOR VERSIÓN DE TÍ desde ahora mismo. Y DISFRUTA EL PROCESO. NO sabes hasta dónde eres capaz de llegar.